
Los días pasan, y yo te sigo esperando en la misma puerta,
haga sol o llueva, haga frio o calor, sigo esperando a que vengas y me des una
explicación.
“Tus labios se juntaran con los míos, tus manos serán mías,
tu sonrisa... Tu sonrisa será un mundo nuevo que descubrir.” Eso es lo que me
solías decir, me lo solías susurrar cuando estábamos solos, el uno con el otro.
Tú fuiste mi única excepción, fuiste el único que pensé que
sería un para siempre jamás, y aún así, tal y como están las cosas, tanto como
estamos separados, aun pienso que eso puede ser posible, sueño con que nuestros
cuerpos se junten una vez más, sueño con poder mirarte a los ojos y decirte lo
mucho que te quiero, lo mucho que te añoro, lo mucho que te necesito.
Lloro, lloro cada día, y sé que tú no quieres que lo haga, sé
que quieres que sonría por todo lo que hemos pasado, que recuerde con un rostro
de felicidad. Pero eso es inevitable, quiero abrazarte y no puedo, quiero
besarte y no puedo, quiero mirarte y no puedo, ¿por qué tuviste que irte tan
lejos? ¿A quién tengo que rezar para que
vuelvas a mí?
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